jueves, 3 de febrero de 2011

EL TEATRO GRIEGO Corinne Coulet Traducción de Fernando Borrajo



Corinne Coulet escribe sobre el Teatro Griego en un libro de bolsillo y además traducido al español por Fernando Borrajo, divide en cinco secciones su libro “El Teatro Griego”, y una sexta, dedicada a una conclusión, donde se pueden encontrar algunos documentos sobre la escena actual y los temas trágicos.

En el primer capítulo, “Origen y Desarrollo de las Representaciones Teatrales”, la autora, habla sobre los orígenes de la comedia y de la tragedia, comentado La Poética de Aristóteles, “la tragedia se remonta a los autores de ditirambos” y “la comedia, a los autores de cantos fálicos”, ella opina que el mencionado texto “no puede aclarar definitivamente los orígenes del teatro”. Menciona las fiestas de Dionisio, “Si bien el origen religioso del teatro es generalmente aceptado, su relación con Dionisio ha sido muy debatida desde la antigüedad”. También habla de la construcción de los primeros teatros.

En el segundo capítulo, “Los Autores Clásicos, sus obras”, habla de los elementos para comprender el teatro griego, como pueden ser, el tema; la estructura, basada en las partes en las que se dividían las obras: como el prólogo, párodo, alternancia entre episodios y stasima, éxodos; es decir, la estructura externa de las tragedias antiguas; en la comedia, aunque con influencia de la tragedia, encontramos el agon y parábasis, dos elementos específicos de la comedia. Comenta que la tragedia griega no era simplemente un texto, sino que también era al mismo tiempo una representación coreográfica y musical. Trata de hacer diferencias sobre la tragedia y la comedia, según la autora: “La comedia, a diferencia de la tragedia, hace resaltar continuamente los trucos que ella misma utiliza, sirviéndose de un procedimiento que podemos denominar “metateatro””, cuando habla de la tragedia dice: “La intriga, muy estructurada en la tragedia, está poco elaborada en la comedia aristofanesca”. Resume obras de grandes poetas trágicos y cómicos del siglo V a.C.: Las Suplicantes de Esquilo, Edipo Rey de Sófocles, Medea de Eurípides, La Paz de Aristofanes.

En el capítulo tres, “La acogida de las obras en el periodo clásico”, habla sobre las emociones que se producen en el público del teatro griego en la época clásica, estas emociones nacen por el hecho de ser representaciones de su propia ciudad, de sus costumbres y de su política y sociedad, esto les hace replantearse la estructura social, política y cultural en la que viven, aún así, estas obras del teatro ateniense, forman parte de las fiestas y costumbres de sus habitantes. Platón y Aristóteles eran espectadores de este teatro, el primero considera que tanto en tragedia como comedia, los actores solo fingen e imitan, no es real; Aristóteles, del cual tenemos escritos sobre la tragedia porque los de la comedia se perdieron, opina en los mencionados escritos, al igual que Platón, que los actores imitan.

En el capítulo cuatro, “La puesta en escena y los actores”, estudia el decorado, vestuario, máscaras y problemas de interpretación. En cuanto a vestuario, los griegos utilizaban su propio vestuario, la diferencia con la ropa normal era que en las representaciones trágicas usaban muchos colores y con influencias orientales, en la cómica intentaban representar desnudos postizos y no bellos sino más bien feos.

El uso de la máscara puede deberse según Corinne a la parte ritual de este teatro, en el siglo V todos los actores llevan una máscara, y luego, según el personaje, también pueden llevar pelucas de colores: en los personajes buenos, de color rubio y en los personajes malos de color negro. La profesión del actor, en griego se dice “hipócrites”, que significa literalmente “el que responde” y también “el que interpreta”; este segundo significado es más cercano al tema del que hablamos, según mi opinión. Normalmente a los protagonistas se les exigía interpretar varios papeles y como llevaban máscaras, tenían que encontrar por otros medios, la forma de expresar ante el público el estado emocional del personaje al que interpretaban, uno de los medios era la voz, ésta tenía que ser clara y fuerte para que todos los espectadores le entendieran.

La carrera de actor era muy difícil y para poder decir que realmente se había triunfado en este sector, era necesario tener el papel principal de las obras que se representaban.

Directamente y de la boca de la autora “El fin del teatro griego corresponde al momento en el que se dejan de escribir obras en esta lengua”.

En el capítulo cinco, “Del periodo Helenístico al fin del Teatro Griego”, lógicamente, un capitulo, en el que se comentan las diferencias teatrales del Teatro Griego y del Helenístico. Fue en el siglo IV, el periodo en el que comenzó la transformación, era un periodo denominado en crisis para la tragedia, aunque la autora no deja entender si está en acuerdo o desacuerdo con ello, (o por lo menos yo no encuentro su opinión o no la entiendo) en dicho periodo, Menandro crea una nueva comedia. El público cambia y van al teatro por diversión, este teatro es más parecido al de nuestros días, podríamos compararnos con ese público, pues ahora también vamos al teatro por diversión u ocio. Otro cambio podría ser el de que los actores ahora se distancian más del público y el de las máscaras, ahora con frentes más grandes y bocas muy abiertas; según la descripción de la autora, parece que son máscaras que pueden llegar a asustar al público.

De Menandro, se descubrió en 1905, un papiro con algunas partes de cinco comedias, y en 1959, un manuscrito del siglo III, con una obra completa, “Dyscolos”, a través de estos textos nos podemos hacer una idea de la obra de Menandro. “El amor entra en escena” gracias a Menandro, pues, éste sigue en sus obras un esquema en el que el amor es muy importante, hablando sobre esposos separados o matrimonios unidos en su mayor parte, durante la obra se crean conflictos y dificultades para la pareja, existen, pues, malentendidos entre ellos; el dato cambiante es que quien supera las dificultades no es el héroe, sino más bien el campesino, de quien nadie espera que nada salga bien para él, por lo tanto, Menandro cambia totalmente a los personajes, mostrando antipáticos a los simpáticos y viceversa, o siendo entre ellos de diferente escala social y económica. Sus obras se desarrollan en cinco actos y el coro ya no es importante.

El capítulo seis, “Conclusión: El teatro Griego Entre Nosotros”, trata de hacer ver que el teatro griego ha sido fuente de inspiración para muchos, se han utilizado obras como Edipo Rey de Sófocles para la televisión vendiéndose como serie negra.

La autora nos facilita un cuadro cronológico con los acontecimientos políticos y literarios, que es bastante de agradecer. Nos da a conocer las familias trágicas y una lista de los Dioses Mitológicos.

Con la conclusión de Corinne Coulet hago yo mi conclusión: me doy cuenta de que no estoy nada preparada para hacer esta reseña, pues no consigo hacerla de una manera crítica u objetiva, es imposible dar tu opinión sobre un tema del que no sabes nada y lo único que me deja claro, es que voy a aprender más sobre el teatro griego y de que no se nada de éste. He intentado buscar información sobre Coulet en Internet, para poder hacer una reseña (si es que por reseña entendemos lo que yo entiendo por reseña) en condiciones, pero no se encuentra biografía y en la bibliografía solo aparece este libro, cosa que no creo que sea así, así que como dudo, no escribo.

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