viernes, 11 de febrero de 2011

TODOS ERAN MIS HIJOS Arthur Miller


Adaptada y dirigida por Claudio tolcachir, nos encontramos con una obra que emociona.
Los actores principales trabajan muy bien. Carlos Hipólito, en el personaje de Joe keller, aunque al principio de la representación no se le oía muy bien desde las últimas butacas del Teatro Villa de Molina, representa muy bien su personaje, aunque mejor lo hace Gloria Muñoz, en el personaje de Kate Keller, donde realmente se la escucha hablar con una realidad impresionante de la que uno no sabe si reír o llorar; pues si miramos desde un punto de vista cómico, puede llegar a ser gracioso, pero dice verdades como puños, lo cual nos hace pensar que de lo que te estas riendo es algo más bien serio, claro que también, esto, es mérito del autor.


De Fran Perea, en
el personaje de Chris keller, me quedé impresionada, después de haberle visto en series de televisión en las que no se mostraban sus aptitudes interpretativas, descubro como en teatro su talento aflora, Manuela Velasco, lo hace muy bien, de hecho creo que vale más para teatro que pare televión, pues en tv se la ve poco real o poco entregada, sin embargo en esta obra he podido ver parte del talento que esta actriz lleva dentro, aunque había momentos en los que yo sentía que su concentración se evaporaba.

Sintiéndolo mucho, tengo que hablar no mal, sino peor de Nicolás Vega, en el que en las escenas finales es muy importante su apariencia en escena, y sin embargo, al pobre no se le oía nada, y lo peor según mi criterio, que puede hacer

un actor es no proyectar la voz, puedes interpretar mal, incluso equivocarte y decir mal tu texto, pero que no se te oiga, es un delito.

Alberto Castrillo-Ferrer, en el personaje de Frank Lubey me encantó, tenía un humor buenísimo, y lo que es mejor sabía llevarlo, tenía bastante presencia, en definitiva me encantó.

Ainhoa Santamaría, en el personaje de Lydia Lubey, también, logró captar la atención del público, pues con la dulzura que caracterizaba a su personaje, se convertía en una persona encantadora además de muy graciosa.


En definitiva la representación estuvo muy bien, y los aspectos que yo destacaría son, como ya he dicho, el magnífico trabrajo de Gloria Muñoz y Carlos Hipólito, el cambio de Fran Perea, la poca proyección de voz en Nicolás Vega, además de una escenografía bastante bonita y muy trabajada y una luz muy buena.

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