
Tan solo dos actores (Ernesto Pastor e Inma ortega) y una marioneta (manejada por José Antonio García) son suficientes para llenar al espectador de magia en “La Sonrisa de Miguel”, una obra que trata sobre la vida de Miguel Hernandez, desde un punto de vista inocente y ficticio, pero a la vez real.
Ernesto Pastor interpreta a Mig
uel, que busca su sonrisa perdida, el actor alcanza, para mi gusto,


No debemos olvidar el maravilloso papel en la obra de Inma Ortega, pues siendo seguramente
su papel principal el de funcionaria de un puesto de objetos perdidos, le toca interpretar además a los personajes que rodeaban la vida de Miguel (Ernesto Pastor), incluyendo en la lista al Caudillo, por la gracia de Dios(sátira, por supuesto de éste) al padre, la madre y amigos de Miguel. Damos por sabido, que interpretar varios papeles en una misma función, supone n
o poder hacer de uno mismo tu personaje, pues a cual eliges sin dejar de hacer bien el anterior, pero a la actriz se la veía perfecta en todos sus personajes, aún cuando el cambio de uno a otro, suponía menos de diez segundos en los casos más largos, y apenas terminar de decir una palabra con un personaje y decir la siguiente con otro como si de la misma frase se tratara, en los casos más cortos.
La marioneta, dirigida por José Antonio García, muy
bien encajada en la función, 
También es necesario mencionar que la música, efectos sonoros, luces y vestuario son bonitos y adecuados, aunque no entiendo muy bien porque a la actriz la visten como una persona de la actualidad, porque aunque al final hace entrever que ella es la que une a Miguel con la actualidad, en realidad no es ella la que lo une, con lo cual, ella no debería vestir así, pues, durante la función, sus pantalones actuales me entretenían y me hacían olvidar el momento cronológico en el que se encontraban, aunque esto es fruto de mi opinión personal y no tiene porque tenerse en cuenta, pero sigo pensando que está fuera de lugar.
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